El factor que se suma a esta situación es buscar satisfacer a todos los habitantes de la casa. Todos sabemos que cada miembro de la familia tiene necesidades diferentes y gustos diferentes, pero si trabajamos en conjunto, sí es posible satisfacer a todos. Por supuesto como en toda convivencia hay que aprender a ceder, pero cuando todos cedemos un poquito, nadie tiene que quedarse sin su espacio para disfrutar y compartir.
Acá es donde el arquitecto o decorador es el protagonista, muchas veces me ha tocado lidiar con integrantes de una misma familia que plantean proyectos totalmente opuestos y es ahí donde hay que poner toda la habilidad y creatividad para lograr el acuerdo y la felicidad de todos.
LOS ADOLESCENTES en cambio prefieren espacios de ocio combinados con espacios de estudio para lo que buscamos elementos que tengan la versatilidad de cumplir ambas funciones que a su vez, en la mayoría de los casos se debe resolver en un espacio acotado.
LOS ADULTOS añoran un lugar de relax y para ellos buscaremos generar ese espacio donde puedan encontrar paz después de un largo día de trabajo, profesional o familiar que les permita relajarse y disfrutar de un buen rato en pareja o simplemente de total soledad.
Cada uno de esos lugares se pueden combinar en una misma casa, si!!! Incluso sumando los espacios en los que todos se disponen a compartir todo aquello que vivieron durante el día y que hacen al corazón del hogar, la cocina por ejemplo, ”él lugar” de la casa!. Que importante proyectar ese lugar donde el hogar se hace más presente y donde hay que lograr satisfacer a todos los integrantes de la familia.
Por eso hay que trabajar en equipo y conocer a cada uno a la hora de proyectar, para lograr la satisfacción de todos y cada uno y disfrutar una vez terminado de esa satisfacción que hace que todo el esfuerzo haya valido la pena.
Texto: ARQ. Daniela Figiacone
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