El etiquetado frontal con los octógonos negros nos ayudan a saber si un alimento tiene nutrientes críticos. En otros países, hay evidencia científica donde se ve que, cada vez más personas eligen alimentos con menos sellos, y se dice con menos sellos porque, en realidad, todos los alimentos tendrían algún sello, ya que la mayoría contiene algo bueno y algo malo.
Los sellos más comunes son cinco: alto en calorías, alto en grasas, alto en azúcar y alto en sal. Los alimentos que tienen menos de cinco sellos, se dice que son más saludables. Resulta evidente que el etiquetado frontal produce un impacto en la decisión de compra, y por lo tanto, no significa que vayan a dejar de comprar, sino que van a comprar menos.
El problema es que esta ley es solo para alimentos procesados industriales y no para panaderías o locales de comida lista. Estos alimentos tienen sellos invisibles. Es muy importante que, por más de que sea artesanal, natural o casero, también se tengan en cuenta los nutrientes de estas comidas. Siempre hay que comer la cantidad adecuada de un alimento, ya sea procesado o artesanal, ya que eso es lo que nos asegura una alimentación saludable.
Alfajor de maicena vs. alfajor de almendras
Con el fin de ejemplificar y preparar un alfajor más saludable, les compartimos nuestro análisis de las etiquetas. Si vemos la etiqueta del dulce de leche común, con el que elaboramos un alfajor de maicena tradicional y lo comparamos al que usamos en el alfajor de almendras, partimos de la base de que cuenta con ingredientes como el dulce de leche sin azúcar, lo cual ya lo hace claramente más saludable.
La conclusión a la que arribamos es que, si estos alimentos preparados caseros tuvieran que ser comercializados, tendrían los sellos iguales salvo por el contenido en azúcares y el aviso de utilización de edulcorantes, por lo que no tendríamos que guiarnos tanto por esa información, ya que considera el alimento por cada 100gr, y no por la porción que figura en la tabla nutricional.
En nuestra receta del alfajor de almendras, la cual utiliza ingredientes sin azúcar añadida, logramos disminuir carbohidratos, lo cual es beneficioso para las personas con diabetes. Por otro lado, aumenta la proporción en grasas, por lo que supera el límite recomendado, pero desde las grasas buenas (poli y monoinsaturadas), situación que la industria parece no tener en cuenta. Aunque nuestro producto tenga menos grasas saturadas, aún se considera alto. Y por supuesto, es obligatorio declarar si contiene edulcorantes. En fin, pareciera que existe alguna contraindicación en la información que proporciona el alimento con los sellos y, por lo tanto, sigue siendo importante aprender a interpretar bien la tabla nutricional y así poder cuidar nuestra salud.
No existen alimentos buenos y malos si se tiene en cuenta la porción, pero sí podemos afirmar que, por ejemplo, nuestro alfajor de almendras es más saludable que el de maicena tradicional.*
Texto: Lic. Carolina Pezzone, nutricionista (MN 4961)
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