Cada día es un desafío y está lleno de oportunidades, por eso
lo primero que vamos a necesitar es ordenarnos. La organización aporta seguridad,
optimiza tus tiempos y hace más efectivo el camino hacia tu meta.
La organización está relacionada directamente con la toma de decisiones. Porque cuando dejás algo para después, de alguna manera
permitís que el caos se apodere de tu casa, tu espacio, tu agenda, tu escritorio, etcétera.
Por ejemplo, supongamos que vas a viajar y tenés que elegir el medio de transporte. Hay varias opciones: bicicletas, motos, autos o aviones, entre tantos otros. Acá,
organizar sería elegir qué medio vas a preferir tomar hasta tu destino.
Lo primero que surge es la necesidad de tiempo, pero es fundamental
entender que la salud tiene total prioridad, ya que sin ella nada es posible. Es ahí donde hay que tomar conciencia y todo se acomoda.
El próximo paso es
ver cómo podemos optimizar los recursos cuando, hoy en día, el tiempo es lo más valioso.
Te propongo:
Primero y principal,
estar decidido, ¡muy!
Amigarte con las listas: del supermercado, menúes para casa, pagos, compromisos, cumpleaños, llamados y demás.
Poner esas listas en práctica. Andá al supermercado con lista en mano ¡y sin hambre!
Organizar la heladera y el freezer.
Escribir en un lugar visible el menú semanal. Por ejemplo, que todos sepan que los jueves se come pescado.
Agregar también las
actividades físicas de todos los integrantes de la familia. Por ejemplo: lunes fútbol, martes tenis, miércoles caminata con las chicas, jueves spinning, ¡viernes descanso!
Organizar
snacks para el colegio, la oficina, el auto ¡y la cartera!
Empezar a
practicar. Al principio cuesta, nos olvidamos, retomamos y hay que tener en cuenta que
todo cambio genera incomodidad.
Seguir practicando (vas a hacerlo cada vez mejor).
DATO: El fin de semana es un buen momento para organizar.
Por último, recordá que
lo que necesitamos cuando estamos mal, debemos construirlo cuando estamos bien.*