El ritmo circadiano es el ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas. Estos ritmos se ven afectados principalmente por la luz y la oscuridad, y están controlados por un área pequeña en el medio del encéfalo. Pueden afectar el sueño, la temperatura corporal, las hormonas, el apetito y otras funciones del cuerpo. Los ritmos circadianos anormales a veces se relacionan con obesidad, diabetes, depresión, trastorno bipolar, trastorno afectivo estacional y trastornos del sueño; por ejemplo, el insomnio.
El ritmo circadiano es a veces llamado "reloj biológico". Es por eso que el orden es clave para una buena salud. Es decir, poder dormir de noche y estar activos de día, comer de día y no de noche. El cuerpo, cuando baja el sol, necesita descansar. En esta época muchos se desordenaron, se duermen muy tarde y se despiertan tarde también, eso provoca comer fuera de horario, cansancio, ansiedad, falta de concentración, etcétera.
Respetemos y colaboremos con los ritmos naturales del cuerpo. Cuando hablamos de una vida saludable, esto es clave. Hoy por hoy, se habla poco de la luz y el descanso, ya que se suele poner siempre el foco en la alimentación y el ejercicio como los únicos pilares de una vida sana.
Durante la tarde, llegando a las 18h, empezamos a sentir más cansancio, ganas de comer, mayor irritabilidad y menos paciencia. El cuerpo pide que empecemos a bajar las revoluciones, pero nuestro estilo de vida va en contra de eso, exigiendo atención plena hasta la noche. Estamos cada vez más expuestos a la luz artificial y eso destruye nuestros ritmos circadianos.
El poder hacer nuestra última comida del día lo más temprano posible hará que tengamos más horas de ayuno o reposo digestivo. Cuando hay sol, la cocina se abre y, cuando el sol se esconde, se cierra. Respetemos los procesos naturales y perfectos de nuestro cuerpo, colaborando con él. Estamos acostumbrados a remediar todo el tiempo, pensando que el hecho de hacer un détox un lunes es una magnífica idea, cuando deberíamos enfocarnos y aprender que el mejor détox es aquel que no tienes que hacer.
¿Qué hacer para colaborar con este ritmo?
Cenar más temprano, ir a la cama un rato antes, despertarte antes y cargar el día de actividades, dejando la noche para descansar, mantener tu celular y dispositivos alejados de tu lugar de descanso. Tus células necesitan repararse para volver con todo al día siguiente.
Sé que es imposible modificar todo de un día para el otro, pero es posible ir adaptando, sin resistencia, algunas conductas para favorecer nuestra salud. Con lo que tenemos y como podamos, empecemos. Tu salud, tu cuerpo, ¡tus elecciones!*