Country Magazine entrevistó a un jugador legendario, un emblema de los torneos de AIF, jugador en el Country Maschwitz. Cuando la pasión es la bandera, se logran grandes cosas.
- ¿Qué pasó por tu cabeza al volver al fútbol amateur, después del profesionalismo?
Yo siempre digo que, para el que siente el fútbol y tiene esa pasión, la actitud es la misma, simplemente que vivís de eso. Algo que no pasa cuando se trata de fútbol no remunerado y amateur, pero te aseguro que siempre quiero ganar, y me sigo preparando y entrenando semanalmente de la misma manera.
- ¿Quiénes te acompañaron, tanto de chiquito como después, en tu carrera como jugador?
De chico jugué desde la novena hasta la reserva en Vélez. Vivía en Villa Ballester, estudiaba en San Martín y entrenaba todos los días en Liniers. Mi viejo no estaba muy de acuerdo con mi carrera futbolística, él quería que fuera ingeniero. Sin embargo, nadie me sacaba de la cabeza mi pasión por el fútbol. Me acompañó mi vieja y mis dos hermanos, que veían en mí esta locura por llegar a jugar en primera.
- Contanos tu experiencia en el fútbol profesional, tu recorrido y los nombres de algunos de los jugadores con los que compartiste club o con los que te hayas cruzado.
Me inicié en la pre novena de Vélez, jugué ahí en todas las inferiores hasta tercera. Luego Vélez me prestó a Municipal de la Paz, en Bolivia. Ahí, con 19 años, tuve de compañero a Pablo Pekerman, el hermano de José, que venía de Boca Juniors. Después pasé a Guabirá, en Santa Cruz de la Sierra. Al otro año, me llamó Carlos Pachamé para formar un gran equipo en Argentino de Quilmes, lo que sería el Nacional B. En ese equipo estaban: Juan Ramón Verón, campeón del mundo con Estudiantes de La Plata y padre de “La Brujita”; también estaba de 5 el gran Ricardo “Ruso” Zielinski, hoy técnico de Estudiantes. El segundo año pasé a ser capitán del equipo, fue una excelente temporada, tal es así que me llamó José Pastoriza, el DT de Racing, para arreglar en el club de Avellaneda, en el que jugaban Leopoldo Luque, Víctor Marchetti, José Berta y varias figuras más. Al año siguiente, Vélez me prestó a los Boys, donde jugué 28 partidos. Luego pasé a Audax Italiano, en Chile. A través de un empresario logré tener yo el pase, debido a una deuda que Racing tenía conmigo. En 1986, me llevaron al First Vienna, club que acababa de contratar a Mario Alberto Kempes, que venía del Zaragoza de España. Compartí cinco años increíbles con “El Matador”, gran persona y uno de los más grandes de la Argentina. Finalmente, terminé mi carrera un año más tarde en Austria.
Bueno, y ahora tengo la suerte de poder jugar con el más grande, Oscar Ruggeri, y compartir hermosas finales, varios campeonatos y maravillosos momentos con el gran “Cabezón”.
- Debido a su organización y a su participación, los torneos amateur AIF son los más parecidos a los de AFA. ¿Qué opinás sobre esto?
Sin ninguna duda, los torneos de la AIF, después de los de AFA, son los más competitivos, organizados y, sobre todo, disciplinados.
- ¿Desde cuándo participás y en cuántas categorías jugaste?
Hace 25 años que juego estos torneos; pasé por todas las categorías, desde selección para arriba. Durante 20 años integré con orgullo la selección en mi country y también en el seleccionado de todos los countries, en el que fui capitán durante años y vi pasar a muchos técnicos diferentes. No tengo dudas de que soy, por mucho, el jugador que más partidos jugó. Durante 20 años, jugué todos los sábados y domingos. Además, me di el lujo de jugar un año con mi hijo Matías, en la selección de Maschwitz, siendo él actualmente futbolista profesional.
- Sos de los jugadores más queridos y respetados, no solo por tu plantel, sino también por los adversarios. Contanos con quiénes de ellos guardás los mejores recuerdos.
De adversarios te puedo contar un montón, todos son difíciles, todos te quieren ganar, todos te motivan a estar bien entrenado y a responder los fines de semana. No hay cosa más linda que ganar y tener una semana feliz. Te puedo nombrar desde Eduardo Zuker (Hindú Club), otro delantero complicado y muy fuerte fue Ricky Pini (San Diego), ni hablar del más difícil de todos, el Beto Acosta (Haras del Pilar), el “Pichi” Escudero (Boca Ratón) y también los viejos clásicos contra Alejandro "Tano" Demaría y Ricky Borelli (ambos San Diego); hermosos recuerdos y grandes rivales. El gran placer de tener hoy al “Cabezón” Ruggeri en el equipo, te motiva y te exige siempre más.
- Debido a su organización, los magníficos campos de juego, los árbitros y todo lo que conlleva el desarrollo de los torneos; el fútbol de la AIF brinda la posibilidad de la alta competencia. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
El torneo Intercountry es realmente maravilloso para el amante futbolero. Campos hermosos, árbitros, organización, seriedad y una gran fiesta final de entrega de premios, con la que todos sueñan estar desde la primera fecha.
- Un mensaje para la comunidad futbolera intercountries.
Lo único que siempre reproché a la gente de la asociación es el hecho de que hay que acompañar, alentar y apoyar al seleccionado de todos los barrios. Me refiero a mejores entrenamientos, más apoyo en indumentaria y desafíos con mayor frecuencia contra equipos del fútbol profesional. A mi parecer, esto último jerarquizaría y motivaría mucho más a toda la juventud futbolera, porque material para entrenar y jugadores de alto nivel sobran*.
