Nadie puede ignorar el gran movimiento que se generó tras la llegada de la banda británica a la ciudad de Buenos Aires. Tal fue el furor, que durante los meses de octubre y noviembre, más de 700 mil argentinos bailaron al ritmo de “Music of the Spheres World Tour”.
La euforia por Coldplay se hizo notar desde el momento uno, con entradas vendidas en minutos, y largas filas de personas acampando para entrar al show, incluso meses antes de la llegada de la banda al país.
El tour se coronó como uno de los mejores espectáculos del año a nivel mundial, no solo por sus grandes hits, su alucinante puesta en escena y la sinergia con su público, sino porque es la primera gran gira que establece una minimización del impacto en el medio ambiente. Es sabido que la banda inglesa está muy comprometida con el movimiento ecológico, prometiendo tiempo atrás que no volvería a salir de gira hasta encontrar una manera más sustentable de poder llevar a cabo su show, y vaya que lo lograron.
Esta gira implementó varias medidas sustentables como fueron la utilización de vuelos comerciales para reducir la huella de carbono al 50% en relación a otros espectáculos, la generación de energía renovable a través de paneles solares y diferentes elementos colocados dentro del predio, como bicicletas estáticas, que podían utilizar los espectadores, o “pisos cinéticos”, que generaban energía cuando los fans saltaban sobre ellos durante el show. A su vez, las famosas pulseras led que obtenía el público al ingresar, grandes protagonistas de la brillante puesta de luces que iluminó el estadio de River, estaban compuestas de plástico reciclado, creado a base de plantas, mientras que las baterías de las mismas fueron recicladas por el programa de apoyo de la Ciudad de Buenos Aires.
Pero la sustentabilidad no solo se mide en el impacto con el medio ambiente, si no también en la inclusión y la igualdad humanitaria, por lo que este tour contó con espacios especiales para personas con movilidad reducida, intérpretes locales de lenguaje de señas, recorrido sensorial previo al show para personas no videntes y fuegos artificiales insonoros en la mayoría del espectáculo. Por otra parte, se podía conseguir un cupo reducido de entradas a un costo muy económico y con ubicación aleatoria, para darle oportunidad de acceder al show a personas con bajos ingresos.
Podemos asegurar que el fanatismo se vivió de ambos lados, ya que todos los integrantes de la banda declararon en varias entrevistas el amor inmenso que sienten por nuestro país y lo agradecidos que están con sus fans argentinos. Es por esto que, la banda tomó la decisión de transmitir en los cines de todo el mundo dos de las diez fechas realizadas en Buenos Aires, compartiendo un poco de esa pasión que caracteriza a nuestra gente con el resto de sus fans alrededor del planeta.
Así también, el grupo contó con la participación especial de varios artistas, como el cantante coreano Jin, del grupo “BTS”, la cantante local Tini Stoessel y la que fue sin duda la mayor sorpresa de todas, la aparición de Charly Alberti y Zeta Bosio (ex “Soda stereo”) para hacer saltar a todo el estadio al ritmo de “Persiana americana” y “De música ligera”. Dicha jornada terminó llevando a Chris Martin, quien se ha proclamado gran fan de la icónica banda argentina, a tatuarse la célebre frase de Gustavo Cerati, “Gracias totales”, antes de marcharse del país, llevándose en la piel un recuerdo de ese lazo tan especial con el público argentino, que ya espera impaciente su próxima venida.
Como consumidores y comunicadores aplaudimos la iniciativa verde del grupo y alentamos a todos los artistas a seguir este camino, cuidando esta industria que nos regala momentos tan mágicos como los que nos dejó este Music of the Spheres World Tour en Argentina.
Texto por: El Culto Pop
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