Este círculo es, sin duda, lo peor que podemos hacerle al cuerpo a nivel alimentación.
Si de los siete días de la semana, la mitad nos cuidamos y la otra mitad no, está claro que el resultado no va a ser nada bueno. Cuando nos restringimos es probable que, además de grasa, perdamos músculo. Y cuando nos excedemos, es probable que no ganemos músculo, sino grasa. Es decir, cada vez que este famoso ciclo se repite, nuestra composición corporal empeora.
Al principio, morimos de cansancio y mal humor, por la falta de energía y de nutrientes, mientras que los últimos días comemos hasta excedernos, porque sabemos que cuando arranquemos otra vez la dieta, nos vamos a tener que “despedir” de esos alimentos por un tiempo. Entonces, ¿dónde está el disfrute?
Para mejorar nuestra composición corporal, y estar saludables tanto física como psíquicamente, es fundamental terminar con ese paso constante de un extremo al otro. Si toda nuestra vida nos la pasamos probando todas las dietas habidas y por haber, y resulta que ahora estamos en el punto de partida de nuevo, significa que lo que hacemos no funciona.
Entonces, ¿qué deberíamos que hacer? La clave es aprender a comer de todo en su justa medida. Si logramos eso, no solo vamos a llegar a nuestro objetivo, sino que vamos a disfrutar plenamente cada día del placer de comer.
Texto: Lic. en Nutrición Estefanía Beltrami
Instagram: @nutricion.salud.arg
Consultas: nutrición y psicología presencial/online
WhatsApp +54 9 11 6940 6392
Instagram NutriPlus APP: @nutri.plus.ok
Ilustración: @mojicona