Nuestra mente nos traiciona creyendo que nunca vamos a dejar de ser gordos y así caemos en las dietas. Pero las dietas son para un rato.
Está instalada la creencia de que la obesidad es una enfermedad. Por eso aunque estemos flacos vamos a vivir con mentalidad de gordos y nunca viene el cambio.
El sobrepeso o la obesidad es la acumulación de grasa en el cuerpo, por causas multifactoriales y tener grasa almacenada en grandes cantidades aumenta el riesgo de contraer varias enfermedades.
Las dietas ayudan a lograr algún objetivo a corto plazo pero si queremos un cambio permanente, debemos lograr la moderación y adquirir un estilo de vida diferente. Un cambio de actitud frente a la comida.
La alimentación debe ser personalizada, individual. Podemos tener una dieta saludable en general, porque contiene alimentos saludables y eso a nadie le puede hacer mal, pero después tenemos que tener en cuenta cosas puntuales en la alimentación. Cada persona es diferente y aunque al comienzo se vaya del consultorio con un plan de alimentación general, en las siguientes consultas vamos adaptándolo a su situación. El tratamiento para cada persona no tiene que ver sólo con lo que come, sino con su personalidad, creencias y todo lo que lo rodea. La nutricionista tiene las herramientas para saber en qué etapa está el paciente y a veces él puede estar súper motivado para lograr el cambio rápido y otros pueden salir del consultorio con el objetivo solo de “tomar un vaso de agua a tal hora”.
Cada persona debe conocer su cuerpo, saber qué necesita, escucharlo. Cuando hay ansiedad descubrir la causa, observar la manera de comer, lo que estamos pensando cuando comemos. El alimento es simbólico. Más allá de que contenga nutrientes y energía, también representa algo emocional. Ej: comer una manzana mirando las noticias (algo negativo) para nuestra mente esa manzana es una amenaza, puede caer como una piedra al estómago por lo tanto lo que estamos comiendo no es una manzana saludable sino un alimento que representa algo negativo asociado a lo que pensaba y todas las células de nuestro cuerpo lo perciben como tal.
Las dietas no son más que menús de comidas con nutrientes no armónicos que muchas veces se utilizan con un fin específico a corto plazo. Como es una dieta líquida pre-cirugía, o la que tiene un mínimo aporte proteico para una diálisis, o alguna dieta hipocalórica para evitar alguna complicación cardiaca severa.
Las dietas son estrategias. El error se da cuando nos pasamos la vida de dieta en dieta provocando muchas veces complicaciones como por ejemplo de tiroides (órgano que regula el metabolismo).
Sabemos lo que tenemos que hacer pero no lo hacemos. Entonces es hora de comprometernos con nosotros mismos y que el objetivo sea el cambio.
Las dietas de moda dan resultados porque te hacen bajar de peso.Si bajas de peso es porque el balance energético es negativo, o sea que consumiste menos energía de la que gastaste, y no existe otra ciencia. Pero el peso es relativo, lo que en realidad queres bajar es la masa adiposa, enmagrecer.
Nuestro cuerpo se compone de masa muscular, adiposa, ósea, tejidos, piel, órganos. Con dietas disarmónicas bajamos músculo y algo de grasa. Amenazamos a nuestro metabolismo, nuestro organismo se pone a la defensiva y tiende a acumular más grasa (modo de sobrevivencia frente a estrés o amenaza) luego viene el rebote. Entramos en una meseta a veces eterna. Así nos pasamos la vida dentro de este círculo vicioso construyendo una forma corporal similar a una fortaleza frente al enemigo: la comida.
Te doy algunos tips para que des el primer paso:
Lic Carolina Pezzone
Nutricionista - Matrícula nacional 4961
¿Ya pasó un mes desde que empezaron las clases y todavía no te podés organizar con los almuerzos para el colegio?
Esmeralda Veth, radicada en Argentina, convirtió su gusto por la cocina y su interés por la ciencia en una investigación acerca de los tipos de alimentos que pueden ayudar a enfermos de cáncer y de otras dolencias crónicas. Atacar o modificar su enfermedad desde una alimentación saludable y sabrosa, basada especialmente en plantas, es su cruzada constante.
Desde los 30 y sobre todo a partir de los 50 años, nuestro cuerpo y nuestra mente empiezan a dar señales de envejecimiento. Si no hacemos algo para frenar o ralentizar este proceso, indefectiblemente, en los tiempos que corren, con la modernidad y todas las noxas que nos rodean, es inevitable que envejezcamos prematuramente.
Que estas fiestas no te agarren con la guardia baja, ¡mejor prevenir que curar! Poné atención a estos tips claves para que tu menú navideño cuente con opciones tan saludables como deliciosas.
