El Chino Tapia es un personaje para observar detenidamente. Ejemplo de inteligencia emocional, de pasión y de reinvención permanente de sí mismo.
Su faceta más destacada es la de futbolista profesional aunque no es la única que desarrolló en su vida. Como jugador supo ser exquisito. Zurdo, con electricidad diabólica para pensar y para decidir en el mínimo espacio. Audaz en la conducción, visionario para los espacios y, sobre todo, generoso en el último pase.
Lo que vino después del futbol, le exigió usar ese poder de adaptación y esa calidad que tuvo en su carrera profesional, para hacerse notar entre la abundante presencia de defensores y rivales de otro campo de juego distinto. Esta vez entre locutores, actores, productores, periodistas, comentaristas y hasta políticos buscó un desafío a cada paso que le presentó la vida, y así pudo hacer de cada escenario nuevo una oportunidad para dejar su marca indeleble.
El “Chino” Tapia es uno de esos casos curiosos como futbolista porque debe ser uno de los pocos privilegiados que desarrolló su carrera jugando en los dos clubes más importantes argentinos: River Plate y Boca Juniors. Su debut fue en River donde obtuvo 2 campeonatos. Luego vino el pase a Boca donde tuvo cuatro etapas en el «xeneize» adueñándose de la camiseta número 10 por muchos años. Ganó 2 campeonatos también con Boca convirtiéndose en uno de los máximos referentes de la época.
A los 17 años debutó en la Selección mayor, convocado por Menotti e integró la Selección Juvenil que participó en el Mundial de Australia 81. Jugó en Francia y en Suiza. Fué campeón mundialista en 1986. En aquel mundial de México, aunque al Chino le tocó ser suplente de un asteroide llamado Maradona, jugó contra Corea y luego, entrando en el mítico partido contra Inglaterra, pudo darse el lujo de hacer una doble pared con Maradona a una velocidad aún increíble para el standard del fútbol actual. Así quedó sellado aquel disparó con su pierna derecha desde fuera del área estrellando el balón en la base del poste del arco inglés que pudo haber sido un merecido gol mundialista.
Con 33 años, lejos de los campos de juego, siguió usando su gambeta exquisita e intacta con sello “Chino Tapia”, para sostener su juego en la vida. Inició su carrera de técnico de fútbol en Banfield en 1998 mientras se asomaba paralelamente al terreno del trabajo social y la gestión deportiva siendo por 12 años asesor del Intendente en su tierra natal, San Miguel.
De una manera muy anecdótica en 1997 fue convocado por Adrián Suar para actuar en la serie RRDT con el personaje “Tuerca”, luego de un partido al que fuera convocado con otros jugadores famosos. Más tarde, participando en radio y TV recibió dos premios Martin Fierro. Uno con “El Show del Futbol” por Mejor Programa Deportivo siendo panelista y otro en el rubro radio por “Interés General” con el programa “Estamos de 10” como comentarista deportivo. Incursionó en la política siendo por 8 años Subsecretario de Deporte de la Provincia de Buenos Aires. Actualmente se desarrolla en el emprendimiento propio “Quantum Campus Deportivo Universidad Austral”, en Pilar.
Síntesis apretada de la performance personal de quien seguramente debió esforzarse luego de dejar el fútbol pero que, usando esa misma pasión que ponía en la cancha logró reinventarse permanentemente a sí mismo.
¿Te retiraste muy joven, cómo fue lo que vino después? ¿Era lo que proyectabas?
Tenía 33 años y estaba en Boca y me dije, “para mí ya no hay más nada.” Y así fue que dejé. En cuanto a lo proyectado no tenía nada pensado. Dejas de jugar y los teléfonos dejan de sonar, no hay contratos. Lo que vino fue otra etapa de mi vida. Soy un generador constante y disfruto de eso. Igual siento que fui un privilegiado porque pude aprovechar las oportunidades que se me presentaron.
“Creo que fui un privilegiado porque siempre pude aprovechar las oportunidades”
Debutaste tanto en River como en Boca con un gol, ¿Suerte? ¿Cómo lo recordás?
En la vida siempre se necesita suerte pero también pasa por lo que uno busca. Mi debut en el año 80 fue en River contra Tigre. Fue un privilegio muy grande estar con jugadores como Fillol, Passarella, Tarantini, Luque, Ramón Diaz, todos campeones del mundo del 78 y con un técnico como Angel Labruna.
Encima me tocó reemplazar en ese partido a Alonso, un ícono de la época. En ese partido José María Muñoz relató mi gol y ya me comparaba con el Beto. Pude hacer una buena campaña.
Recuerdo que siendo Francescoli goleador con 21 goles yo tenía 19. Así en el 85 pasé a Boca y mi primer partido fue contra Racing de Córdoba, en la Bombonera. Faltando 5 minutos, hubo un tiro libre contra La Doce y la clavé en un ángulo. Ganamos 3-2. Lindos recuerdos.
¿Cómo viviste la decisión de pasar de River a Boca?
Di Stéfano me llevó a Boca. Fue un pase muy comentado. Era Ruggeri y Gareca / Olarticoechea y yo. Recuerdo que mi padre me preguntó si estaba seguro. Ahí creo jugo más mi personalidad que es la de tratar de pasar los obstáculos cuando estoy convencido. Sabía que en River con Alonso y Francescoli no iba a poder jugar. Lo hice sin tomar conciencia pero entré con el pie derecho en Boca y, fijate lo que es la vida, que después volví tres veces más, debo ser un caso único con cuatro etapas en Boca.
Soy un agradecido de la vida a Boca. Tuve la suerte de que un estadio entero coree mi nombre. Eso es inolvidable y hoy me siento identificado con Boca. Mis tres hijas, Sofía, Macarena y Clarita son las tres bosteras.
¿Cómo fué cuando a los 17 años Menotti te dijo que te quedabas con la Selección mayor?
No entendía nada, tenía un par de partidos en primera con River de repente estaba con los campeones del mundo. Una sorpresa para mí. Era el benjamín. Fue un sueño ser convocado por el técnico campeón del mundo y jugar con mundialistas. Mi primer partido fue contra Chile en Mendoza, en 1980. Recuerdo que estábamos en el hotel y me llamó el padre de Diego y me dijo que Diego me esperaba en su habitación. Mostrándome unos botines me dijo: “Tapita, ¿Cuál querés?”. Yo usaba los Ocelotte, unos botines con tapones que eran clavos con madera, me los habían dado en River... “Probate esto”, me dijo. Y me llevé unos Puma que todavía tengo guardados. Entré por Luque faltando ocho minutos, Menotti me dijo: “Nene, haga lo que usted sabe, júntese con Diego y tire paredes”.
¿Cómo fue llegar al Mundial 86? ¿Cuál es el momento que más recordás?
Jugaba en Boca y tuve un semestre muy bueno. Recuerdo que ese domingo, anterior a que Bilardo dé la lista, hice 3 goles contra Chacarita y fui tapa en El Gráfico; supongo que eso ayudó. Yo no me tenía fé de quedar. Fué una satisfacción muy grande haber sido convocado. Un sueño hecho realidad. El momento que más disfruté fue el partido contra Inglaterra, cuando entré por Burruchaga faltando15 minutos y arranqué de mitad de cancha para tirar una doble pared con Diego, ese “casi gol”. Ese partido lo recuerdo bien porque era muy reciente la guerra de Malvinas. Lo vivimos como si hubiera sido que había que devolverle a la Argentina algo que habíamos perdido.
¿Cómo fue tu experiencia con el futbol intercountry?¿Cómo fue ocupar ese lugar luego de haber jugado al futbol en el más alto nivel de exigencia?
Sin duda fue una experiencia distinta a todo lo anterior pero gratificante al fin porque pude disfrutar de jugar al futbol en el lugar en que también es mi hogar y conformar nuevos grupos de amigos con los que compartimos más cosas. Me quedaron amigos entrañables que comenzaron siendo mis compañeros de equipo. En San Diego participé de algunas formaciones hasta que decidí jugar con un equipo que siempre estaba peleando ascensos. Fue también una nueva experiencia. Estoy sumamente agradecido del lugar y el respecto que me obsequiaron mis compañeros en todos los equipos en los que participé. Para nada fueron distintas las ganas en cada partido, y cada vez que pude intenté aportar lo mío en el juego y en el grupo.
¿Cómo fue tu paso por la política?
Siempre sentí la necesidad de aportar algo siendo referente del deporte. Una vez apareció una persona diciendo que quería implementar dentro del municipio de San Miguel, donde nací, todo el tema deportivo, con los chicos en los distintos barrios, chicos especiales y me gustó como proyecto. Arranqué como Director de Deporte y después fui asesor del intendente a cargo de la Dirección de Deportes. Cuando me di cuenta tuve doce años de gestión con cuatro intendentes distintos, siempre haciendo gestión deportiva. Formaba profes, escuelas y fue un trabajo social que realmente me gustó, algo que yo sentí que necesitaba.
Después Daniel Scioli me ofreció incorporarme como Subsecretario de Deporte Social de la Provincia de Buenos Aires, lo sentí como un nuevo desafío. Eran 135 municipios donde organizar los torneos bonaerenses, juegos, actividades deportivas y lo hice por 8 años. Fue una experiencia donde me sentí muy cómodo. Pude hacer cosas, otras no tanto porque era un ambiente tal vez difícil para nosotros los deportistas porque generás muchas veces celos, no sos del palo de la política y querés hacer cosas que a veces no te dejan… te convertís en un generador de gastos porque los clubes necesitan infraestructura, materiales y no es fácil. Me gustaría seguir creciendo en la gestión deportiva, no tanto política. Pienso que es bueno seguir fomentando la importancia del deporte como actividad para sacar a los chicos de ámbitos de riesgos como la droga.
“Del futbol intercountry me quedan amigos entrañables que comenzaron siendo mis compañeros de equipo.”
¿Cómo considerás que influyó tu entorno emocional en tu carrera?
Me puse de novio, me casé muy joven. Pienso que en la vida de un jugador la mujer es sumamente importante. El apoyo de mi familia, primero de mis padres, y luego de mi esposa e hijas fue muy importante en todo lo que hice. Vivi, mi esposa, siempre estuvo a mi lado con toda la predisposición para acompañarme y hasta dejó de lado su carrera por seguirme. Tuvimos varias mudanzas al exterior y siempre moviéndonos juntos. No tuve hijos varones jugadores de futbol pero tuve tres hijas divinas que adoro: Sofía (29), Chowi su nombre artístico, es músico, cantante profesional; Maca (27) es Administrative Assistant en Discovery Channel y Clari (21) estudia Psicología y actualmente también está incursionando como cantante.
Estoy rodeado de mujeres! Mi esposa, mis tres hijas, mi hermana, mi suegra... eso sí, los domingos no me dejan hablar de fútbol!
¿Cómo es ser un Campeón del Mundo en un deporte que en Argentina despierta tanta pasión?
Estoy y estaré siempre agradecido a todos los argentinos porque aún pasado tanto tiempo el reconocimiento y el afecto que me trasmiten está intacto. Como parte del grupo de los que conformamos las selecciones que lograron los dos títulos mundiales, estamos muy orgullosos porque la AFA, con este nuevo presidente Chiqui Tapia y toda la comisión, se han acordado de nosotros y nos dieron la posibilidad de ir al Mundial en Rusia. Sabemos que es mucho lo que podemos ofrecer y hacer por este deporte y por quienes hoy les toca representar a la Selección Nacional. Queremos tener un lugar dentro de AFA. Estamos gestionando para que nos den la obra social y para que el día de mañana tengamos un espacio dentro del predio como lo está queriendo hacer esta comisión que está hoy en AFA. En definitiva, los que luchamos por obtener algo tan difícil como es ser Campeón del Mundo, hoy seguimos en busca de lo mismo: que el fútbol argentino permanezca siempre en lo más alto.
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Texto: Country Magazine
Edición 14 - Año 2018
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