Joyería contemporánea: un arte sin límites

Inés Bonadeo lleva diez años en su profesión y ya es una referente de la joyería contemporánea argentina. Quien comenzara tímidamente con anillos, collares o cinturones, hoy recoge premios con sus coronas para novias, pulseras y piezas donde la naturaleza es protagonista, mientras continúa una búsqueda profunda que la lleva a territorios inexplorados, donde la osadía es su sello distintivo.

Sobre el pecho de la artista Marilina Bertoldi (@marilinaplastilina), debajo de un smoking negro, brillan —en bronce— una camisa y su corbata. Marilina canta, baila, y el público del estadio Malvinas Argentinas explota. Desde un costado del escenario, Inés Bonadeo observa su obra con satisfacción, del mismo modo en que contempla la herida de metal que luce Milo J en su saco en uno de sus conciertos, o las refinadísimas coronas de hojas y flores hechas de cobre, bronce y piedras que tantas novias llevan orgullosas el día de su casamiento.

Inés descubrió lo artesanal mientras cursaba la carrera de Comunicación Social y trabajaba como asistente de Marta Minujín, de quien recibió un consejo que no olvidó:

“Tenés que saber hacer algo con la cabeza y algo con las manos. Así nunca te va a faltar trabajo.”

Formada con María Médici y Oscar Bocassi —su mentor y querido amigo—, Inés se declara enamorada desde chica de la naturaleza y la botánica. “Ramas, palitos, flores y hasta nidos de pájaros me brindan los mejores elementos para una joyería que los haga inmortales”, afirma. De esa convicción nació una de sus mejores series: “Tenaz”, distinguida con el Sello del Buen Diseño por cumplir con los estándares del diseño argentino artesanal de calidad. Cada pieza muestra cómo la naturaleza insiste en vivir, aún en condiciones adversas, rompiendo paredes para dar vida a sus hojas.

Ganadora de múltiples premios en los últimos años, esta trabajadora incansable fue seleccionada para participar en importantes ferias y exposiciones internacionales como Autor! (Rumania, 2023) y la Semana de la Joyería Eslovena ese mismo año, con el apoyo de la Cancillería Argentina.

Cazadoras, coronas y otras joyas que cuentan historias

¿Cómo comenzaste el camino que te llevó a ganar la convocatoria Revelaciones de Moda y a desfilar en el Centro Cultural Recoleta junto a otros seis diseñadores?

El camino es siempre intuitivo y bastante aleatorio. No suelo ponerme metas fijas. Me mueven las ganas de hacer, de conocer colegas, lugares y espacios nuevos. A través de amigos empecé a hacer coronas, aros, anillos, pulseras... eso me sigue fascinando. Así llegué al mundo de las novias y del vestuario. Me encanta imaginar personajes. Con la colección “Cazadoras Recolectoras” quise reflexionar sobre la supervivencia y los recursos disponibles, con accesorios que invitan a descubrir y explorar la naturaleza.

Planes futuros

Me gusta colaborar. La tarea conjunta enriquece. Quiero seguir trabajando con Atelier Molina y sus propuestas de diseño. Me encanta crear junto a artistas locales como Milo J o Marilina Bertoldi, que me inspiran y me plantean desafíos. Me llena de orgullo que elijan mis piezas para mostrarse en escena. Además, estoy incursionando en objetos utilitarios de mayor escala: luces, cubiertos y esculturas. Eso también me entusiasma.

Sensible y curiosa, Inés se nutre de viajes por distintas regiones del país y del mundo, recolectando ideas y materiales que dan lugar a nuevos proyectos.

La selva, el arte ancestral y una joyera sin miedo

Además de interesarse por el arte clásico europeo, Inés ha visitado países de América Latina como Chile, Perú y México.

“Del arte prehispánico me atrae el conocimiento profundo del ambiente, la energía del cosmos. Hay muchas capas: la habilidad artesanal, la sensibilidad estética, el amor por lo que rodea, el respeto hacia los fenómenos superiores.”

En una experiencia transformadora, vivió tres semanas inmersa en la selva peruana junto a doce artistas de todo el mundo y dos chamanes locales.

“Fue intensísimo. Me abrió la puerta a la escultura, y a mirar lo botánico desde la magia y la cura. Es algo en lo que estoy trabajando.”

Con reminiscencias del film Blade Runner, su más reciente colección, Cazadoras Recolectoras, mostrada en el desfile del Recoleta, desborda los límites de la joyería tradicional. Sus piezas mezclan estética, coraje y amor por la naturaleza. Son joyas que narran sueños y memorias, lo que la Tierra da, lo que los humanos hacemos para conservarlo.

Maravillosamente expuestas sobre ropa neutra —diseñada con inteligencia por Atelier Molina para destacar las piezas sin interferencia—, las joyas de Inés Bonadeo brillaron, asombrando a un público conocedor del diseño y la calidad.

Una creatividad sin miedo. Una expresión libre, intensa y sensible.

Texto: Ira Holmes

Fotos: gentileza @inesbonadeojoyería / Gabriela Gleizer