Como lograr oficinas conscientes.
Todos están de acuerdo en que hay que cuidar y salvar el Planeta Tierra; pero a la hora de actuar son pocos los que realmente se comprometen para que eso suceda. Muchos quizás tienen en cuenta que hay ciertas acciones que se deberían llevar a cabo para contribuir con el cuidado ambiental, pero el principal motivo por el cual no las terminan de cumplir es el des- conocimiento del impacto que hay detrás de no comportarse de manera sustentable.
En estos últimos años, el cuidado del ambiente ha tenido una mayor llegada en la sociedad y el motivo es que nuestro planeta se encuentra en un estado de alerta. Gracias a las redes sociales, hoy en día los jóvenes son los principales agentes de esta revolución en contra de su destrucción. Ellos suelen ser los protagonistas de las movilizaciones, como sucedió el 15 de marzo y el 24 de Mayo de 2019 en donde miles han marchado en más de mil ciudades de todo el mundo para reclamar la urgente intervención de los gobiernos contra el impacto del calentamiento global. Ya existen diversas leyes en relación a mitigar estos problemas; la cuestión es que deberían ser reguladas y controladas para que efectivamente se cumplan.
Las decisiones que las personas toman día a día, mes a mes y año tras año son la razón principal del deterioro ambiental.
¿Cómo se llega al trabajo? ¿Qué y cómo se desecha a la “basura”? ¿Cómo se utiliza la electricidad? ¿Cómo se usa el aire acondicionado? ¿Dónde se compra la comida? ¿Cómo se cuidan las plantas? ¿Cómo se utiliza el papel? ¿Dónde se disponen los residuos orgánicos? Si este tipo de preguntas fueran respondidas de manera sostenible, instantáneamente la humanidad pasaría a ser fundadora y participe de un mundo mejor.
Se han hecho avances para mejorar el cuidado de nuestro planeta y se han instaurado varias conductas a las que antes no se les prestaba tanta atención, pero aún queda un muy largo camino por recorrer. Se deben realizar grandes cambios, desde medidas que pueden tomar los gobiernos y las grandes organizaciones, hasta cada persona individualmente, ya sea en su hogar, en su lugar de trabajo o en la vía pública.
En los espacios de trabajo, como pueden ser locales u oficinas; son lugares en donde gran cantidad de gente pasa la mayor parte de la semana desarrollando actividades diversas. Es por ello que se debería evaluar si las acciones que se producen en dichos sitios tienen consecuencias nocivas para el mundo. Si bien todo acto que se realiza es probable que deje una huella, el objetivo es que estos tengan el menor impacto negativo posible.
Ante esta premisa, cada uno debería estar atento y analizar cómo se desenvuelve no sólo en su privacidad, sino también en el ámbito laboral y en consecuencia empezar a comportar- se con mayor responsabilidad. Es importante extrapolar estas acciones también en el área de trabajo, obrar en equipo para lograr un bien en común y poder difundir dichas actitudes. Igualmente, por más que cada uno tome medidas más amigables con el ambiente, lo cual es necesario, gran parte de esta transición hacia espacios de trabajo más sustentables abarca una labor grupal complementada con la ayuda de los líderes, quienes toman las decisiones y eligen el camino de la entidad.
Una de las mayores trabas que poseen las organizaciones al momento de querer gestionarse de manera más sostenible es el desconocimiento. Probablemente muchas tengan el de- seo de prosperar de un modo más respetuoso con la ecología y quizás no están al tanto que hasta las acciones más cotidianas pueden ser perjudiciales para el bienestar de la misma. Por eso, es fundamental en primer lugar capacitar a todo el personal de cada organización en materia ambiental, para que a la hora de implementar los cambios necesarios, estos se puedan cumplir, mantener y evolucionar de forma eficaz y eficiente. Afortunadamente, algunas elecciones que toman las organizaciones, aunque puedan tener otro fin, suelen ser beneficiosas para el desarrollo sostenible. Por este motivo, previo a implementar cambios, es importante evaluar la situación en la que se encuentra la organización y determinar cuáles son las modificaciones que podrían ejecutar para cumplir con el objetivo: Hacer de su espacio de trabajo un lugar más sustentable. Posterior a la evaluación, se deberá concretar un informe para destacar cuales requisitos se cumplen, cuales no en el marco de la certificación ambiental y qué deberían mejorar para empezar a actuar de manera más consciente y promover el cuidado del planeta.
En las actividades diarias que se realizan en un espacio de trabajo, hay diversos factores que tienen un impacto en el ambiente; por eso lo mejor es comenzar con lo más básico y luego ir progresando hacia acciones que requieren un poco más de compromiso. Incorporar pequeños cambios y paso a paso ir buscando formas de crecer apuntando siempre a generar el mínimo daño posible.
El puntapié inicial para empezar a comportarse de manera sustentable es consumir responsablemente. Es muy importante accionar bajo el concepto de “Las 3R” (reducir, reutilizar, reciclar). Esta idea es clave para cumplir con el objetivo de una economía circular, en donde la manipulación de materia prima no tenga como meta la creación de productos de único uso. A su vez, este concepto es necesario para utilizar los recursos energéticos con la mayor eficiencia posible. Para poner en práctica esta idea, siempre se deben realizar estas acciones en orden; es decir, de modo sucesivo y no simultáneo.
>>El primer paso, REDUCIR, implica utilizar sólo lo necesario, tanto de bienes como de energía. Apagar la luz cuando no se utiliza, cerrar la canilla al lavarse los dientes, llevar bolsas de te- las para realizar las compras en vez de pedir las de plástico en el supermercado, utilizar una botella personal para beber en vez de comprar descartables en los negocios. Estos son sólo algunos ejemplos para disminuir el uso en vano de recursos y energía.
>> En segundo lugar se deben REUTILIZAR materiales con el propósito de ahorrar. Un mismo objeto puede tener distintos fines; una bota puede ser una maceta, una remera vieja en desuso le puede servir a otra persona, o los papeles de trabajo se pue- den utilizar como borradores para anotar del otro lado de la hoja.
>> Por último, RECICLAR (volver al ciclo). Se desarrolló una mala costumbre de utilizar elementos por única vez y luego des- echarlos, como es el caso de las botellas de plástico “descarta- bles”, las que se pueden comprar en kioscos o supermercados rellenas de diversas bebidas y que luego se arrojan al cesto con la idea utópica de que mágicamente desaparezcan. La realidad es que estas, posterior a su uso, si no tienen como destino la reutilización o el reciclaje, terminan en los vertederos, basurales a cielo abierto, en los océanos de todo el mundo o incluso incineradas. Todos estos destinos conllevan un impacto al medio ambiente. En la actualidad, el plástico es uno de los mayores problemas con los que se enfrenta el planeta, ya que por año se arrojan millones de toneladas. Por eso es fundamental de que en caso de no poder reutilizar los materiales secos como plástico, cartón y papel, vidrio, metal, tetrabrik, telgopor, estos se destinen en los cestos de reciclaje con el fin de que puedan ser sometidos a procesos físicos y químicos para obtener, a partir de ellos, materia prima o un nuevo producto.
Habiendo dicho esto, es necesario entender que en todos los espacios de trabajo donde se desechan grandes cantidades de residuos, debe haber un compromiso firme y constante con la separación de ellos: Todo lo que se descarta se debe clasificar y tratar de manera adecuada.
Lo ideal es que en cada espacio haya un cesto adecuado para el tipo de material que se descarta en ese sector. En general, la mayor parte de lo que se desecha es reciclable, por lo que es necesario contar con cestos para estos materiales, siempre a disposición, identificados como “Reciclables” o señalizados con el tipo de objeto a disponer exclusivamente en los mismos. Lamentablemente, existen algunos objetos que no son reciclables actualmente en la Argentina, o que son reciclables pero se encuentran contaminados y sin posibilidad de reinsertarse en el ciclo (cartón sucio o engrasado por ejemplo), por lo que en dicho caso es necesario contar con cestos identificados como “No reciclables” para disponer este tipo de residuos. Por último, ¿Qué se puede hacer con los residuos orgánicos de origen vegetal, como restos de infusiones (yerba, té, café), o restos de frutas y verduras? Lo ideal es separarlos en un cesto diferenciado señalizado como “compostables” para disponerlo luego en una compostera y finalmente obtener Compost.
El compostaje es un proceso muy sencillo que se puede realizar en cualquier espacio con el fin de obtener tierra fértil, reduciendo hasta el 50% de los residuos orgánicos. El abono orgánico obtenido es un fertilizante natural, que se puede utilizar para las plantas que haya en los espacios de trabajo, jardines y hogares.
Un factor al que se debe prestar mucha atención al momento de querer consumir de manera responsable es el uso del agua potable. Este recurso natural es la fuente de vida y sin embargo no se la utiliza conscientemente. En los baños de las oficinas por ejemplo, se puede abrir la canilla y obtener agua potable de forma inmediata y en abundantes cantidades. Por este motivo se interpreta que es ilimitada y por lo tanto no se le da importancia si se malgasta. Lo cierto es que el agua potable sí tiene un valor. En Argentina, más del 16% de la población no tiene acceso al agua potable. Además, la creciente contaminación sumada al calentamiento global está reduciendo notablemente la cantidad de agua potable que existe en el planeta, poniendo en crisis la subsistencia de este recurso.
PLANTAS
Por otra parte, es necesario tener en cuenta que la presencia de plantas pueden tener muchos beneficios en una oficina o local; no solo proporcionan una vista más agradable del espacio laboral sino que también filtran materiales tóxicos que se encuentran en el aire, regulan la humedad y contribuyen a la integración del personal al participar del cuidado de las mismas. A su vez, se puede aspirar a realizar acciones que requieren más compromiso y tiempo como puede ser la incorporación de huertas o la implementación de energías renovables.
Frente al estado de emergencia en el cual se encuentra el mundo, varias organizaciones decidieron comprometerse a actuar en defensa de los problemas que existen en prejuicio del medio ambiente. Organizaciones sin fines de lucro desarrollan campañas de educación en las calles, escuelas, oficinas, y todo sector en donde se necesite mejorar el vínculo con la ecología. Oficinas conscientes es un programa que tiene como objetivo que las organizaciones puedan cumplir con estos requisitos y asistir frente a cualquier necesidad para vivir en una sociedad en mejor relación con el planeta. Estas son algunas de las labores que se pueden realizar para tomar consciencia y responsabilidad frente al mundo. Comen- zar por pequeñas prácticas, como la correcta separación de residuos, aparenta ser insignificante, pero con el accionar de mucha gente se pueden generar grandes mejoras. Lo importante es, en primer lugar, entender el problema que se enfrenta la naturaleza para poder a partir de ello tomar acción. Una vez en compromiso con el cuidado del medio ambiente, empezar a implementar hábitos más sustentables y a la vez educar a aquellos que todavía no están totalmente al tanto de lo que está sucediendo. De esta manera, se comienza a construir ca- mino hacia un proceso de cambio en donde la humanidad y el Planeta Tierra conviven en mayor armonía, entregando a las futuras generaciones un lugar habitable.<<
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