Fin de año suele ser época de balances, eventos, pendientes y programación para el año próximo. La agenda explota de actividades y compromisos, y no alcanzan las horas del día para hacer todo, o sí, ¿pero a qué precio?
El calendario sacude la estantería y a muchos tienen esa sensación de “tener que hacer todo ya” y la preocupación de “lo pendiente”. Hasta los planes para disfrutar y distenderse se transforman en un deber ser.
Esta presión con la que llegamos a fin de año nos exige tener una energía extra y la organización del tiempo pasa a ser fundamental para no colapsar en el intento. La idea es que puedas hacer todo y que, además, lo disfrutes.
Para algunos, ser organizado es una virtud innata, pero para quienes no lo son, es una capacidad que se puede adquirir, así que, ¡no desesperen!
Como en todo cambio de hábito, el punto de partida es proponérselo. Pensar, diseñar, planificar, soñar, cumplir, desear y querer son verbos que nos inspiran a avanzar, y que nos motivan a levantarnos cada día para alcanzar lo que nos proponemos.
La organización de nuestro tiempo, no solo es positiva, si no que es necesaria. Si sentís que tenés que hacer demasiadas cosas y eso te abruma, una buena opción puede ser dividir tus tareas con la gente que te rodea, para así organizar mejor tu tiempo o dividir responsabilidades.
Delegar, pedir ayuda, aprender a decir que no y confiar en otros son acciones que cuesta mucho internalizar, ya que para algunas generaciones, se asocian a cierta debilidad. Sin embargo, son aprendizajes que necesitamos incorporar para ser más asertivos y felices.
Si sentís la necesidad de ponerte en “modo organizado”, te orientamos para empezar:
- Buscá tres motivos para hacerlo.
- Antes de comenzar, armá tu semana. Lo ideal es establecer un día fijo para organizarte.
- Creá una lista de tareas a realizar.
- Asignale una prioridad a cada una de ellas.
- Hacé una tarea a la vez y, una vez realizada, tachala de la lista.
- Cuando termines el día, medí cómo te fue y registralo.
El objetivo no es un resultado perfecto, sino que sientas que sos capaz de lograr cosas y que, si alguna queda para mañana, no es tan grave. Si no le diste suficiente prioridad, ¡es que podía esperar!
Algunos tips extra para revisar también
- En tu lista, ¿hay espacio para vos?
- ¿Qué cosas hacés por vos? ¿Cuáles te gustaría hacer y, “por falta de tiempo”, siguen pendientes?
Vos sos lo más importante, priorizarte es tu responsabilidad, ¡no esperes que nadie lo haga por vos!
“Si buscás resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein*
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