Federico D´Elía: de simulador a profe de Maradona

Cuando se habla de la humildad de los grandes, podríamos referirnos tranquilamente a este fanático del ‘pincha’; tan sencillo, respetuoso y familiero como claro y frontal al momento de decir lo que piensa. Conocé un poco más de Federico D’Elía, un simulador que ya no simula nada.

Federico D´Elía: de simulador a profe de Maradona

Fanático de Estudiantes de La Plata, padre de tres adolescentes, esposo desde hace más de dos décadas y, por supuesto, actor de pura cepa. En un diálogo exclusivo con Country Magazine, Fede D’Elía (54) nos cuenta sobre su último y espectacular proyecto actoral, y un amplio abanico de temas como la muerte, la fama, el Covid y la familia. Pasen y vean. 



-54 años de edad y más de 30 de carrera, ¿alguna vez te imaginaste haciendo otra cosa? 


Muchas veces, pero quedó siempre en la imaginación, nunca lo pude llevar a cabo. Si no fuera actor, lo único que se me ocurriría es algo vinculado a esto sin actuar; estar atrás de una cámara, generar contenidos o, si se puede, producir. Algo ya hice: ‘Los simuladores’; ‘Femenino masculino’, que era otra ficción; trabajé en la parte de producción artística con Pablo Echarri y Martín Seefeld, cuando eran socios. En una época pensé en estudiar Profesorado de educación física para ser preparador físico de equipos de fútbol, de rugby o de algún deporte, eso me gusta mucho. Se me cruza muchas veces, pero hoy estoy más con esto de generar algún contenido, y después ver si lo produzco yo o se lo doy a otro.



- ¿En qué medio y en qué rol, productor o actor, te sentís más cómodo? 


En todos los medios me siento cómodo, depende más del proyecto, de con quién lo voy a hacer, le presto muchísima atención a eso. Después yo soy más actor, productor no soy. Tuve algunas experiencias, pero no soy el que pone la plata, porque tampoco la tengo. El verdadero productor para mí es el que tiene la guita, la pone, toma todas las decisiones y se hace cargo. Yo hice producciones con presupuesto de otro, eso me permitió tomar alguna decisión y otras no, o tener que consensuar o aceptar determinadas órdenes. Ser productor es difícil y es cansador, pero me gustan las dos cosas.



- ¿Hay algún personaje que hayas disfrutado o te haya marcado más que el resto? 


Siempre me preguntan esto, la verdad que no, depende del proyecto, ahí me llevo bien o mal con los personajes. Obviamente, hubo algunos que me gustaron más que otros en teatro, pero me cuesta separarlo de lo que es el proyecto en sí, de cómo la pasé, cómo eran mis compañeros. Puedo nombrar algunos: ‘Santos’ de ‘Los simuladores’ fue un personaje lindo, o el que hacía en ‘Los secretos de papá’, una novela con Daddy Brieva y Romina Gaetani, que yo hacía un papel totalmente loco, me hacían peinados raros, no sé si lo hacía bien, pero me divertí mucho. Y en teatro particularmente mis últimas experiencias fueron interesantes, cada cual en su rubro, la comedia musical de ‘Sugar’, por no haberla hecho nunca antes, me costó mucho, pero terminé disfrutando; en ‘Le Prenom’ la pasé genial y tenía un personaje hermoso, pero no tengo uno en particular.



-Se viene la serie de Maradona y te pusiste en los zapatos de Fernando Signorini…


Ya grabamos la primera temporada, estamos esperando que arranque la segunda, fue una experiencia linda porque es una producción enorme. A mí me gusta mucho el fútbol, la vida de Maradona, todo fue espectacular, viajamos por todo el mundo. Yo grabé acá, en Nápoles, en Barcelona y en México. Una experiencia de esas inolvidables, por tanto viaje, por la historia que se va a contar y por lo grande que es. Es una producción gigantesca que creo que va a funcionar muy bien. Las pocas imágenes que vi estaban excelentes. 



-Sos hijo de un reconocido actor, ¿alguna vez fue una presión? 


La verdad es que, si bien es un reconocido actor, no es que era un tipo súper conocido. De hecho, todavía hay días en los que la gente descubre que es mi viejo después de ‘Los Simuladores’. Nunca fue una presión, ni en mis comienzos ni ahora, al contrario.



-¿Cómo te llevás con la fama?


La fama… la fama es puro cuento. A veces uno es más famoso y otras veces menos. Yo me considero conocido y, depende de qué proyecto esté haciendo, puedo estar más famoso en ese momento. Me llevo como puedo, me gusta hacer una vida normal, ir al supermercado, pasear, hacer cosas sin sentirme observado. Por suerte me pasa algo parecido que mi viejo, soy un actor conocido, pero no es que se vuelven locos cuando me ven. Obviamente, cuando uno hace un programa que es un éxito y sale a la calle, es otra cosa. En ese sentido, si la fama es el reconocimiento constante, preferiría no ser famoso, porque me gusta hacer una vida normal como la que llevo generalmente. 



-Por estos días una declaración tuya se hizo eco en varios medios: “Estoy tratando de ver a qué me puedo dedicar si no soy actor”. ¿Qué hay de cierto en esto? 


La declaración de esos diarios es un buen ejemplo de cómo está funcionando el periodismo hoy en día en el país, y no sé si en el mundo, pero en el país seguro. Es no chequear, no escuchar la nota entera, se agarran de lo que leyeron y lo ponen. Yo estoy bárbaro, no es verdad lo que dice ahí, si uno escucha la nota, yo hablaba de otra cosa, de que soy un privilegiado, que puedo decir que no al poco trabajo que hay, era todo lo contrario. Sí a veces pienso en qué podría hacer si no quisiera actuar, pero desde ahí lo dije, no porque no tenga trabajo como actor y necesite reinventarme. No es verdad que yo me esté replanteando mi profesión por la actualidad Covid. 



-¿Cómo y cuándo creés que el mundo artístico va a retomar su “normalidad”?


Esta realidad Covid vinculada a nuestro trabajo no sé cuándo se va a arreglar, creo que no va a ser este año. Ojalá que de a poco, si aparecen vacunas, el año que viene empiece a normalizarse. Pero es un trabajo muy particular el nuestro, donde nos encerramos con muchísima gente en un teatro o en una filmación también estamos rodeados de muchas personas. Además, todo lo que tiene que ver con los protocolos para grabar es muy caro, o sea que muy pocos van a grabar cosas acá, el resto esperará.



- ¿Qué te genera el Covid-19 y esta pandemia que estamos viviendo? 


Obviamente respeto, siempre, desde el primer día, pero ya hoy cansancio y un poco de angustia también. Quiero que se termine, se está haciendo largo, parecía que la vacuna iba a solucionar todo y es difícil encontrar vacunas en el mundo. Se creía que con la vacuna uno no se contagiaba, pero te seguís contagiando, hay mucho por descubrir y esa incertidumbre genera angustia. 



-Integrás una familia numerosa -seis hermanos- y han sabido sobrellevar dolorosas pérdidas, ¿le tenés miedo a la muerte? 


No le tengo miedo, pero no quisiera tener una muerte sufrida, me gustaría morir durmiendo o sin darme cuenta, de viejito, que se me acabe la pila, pero miedo, no. Es verdad que tuve mi historia con mis hermanos y con un tío -su hermano mayor, Marcelo, murió a los 23 en un accidente de tránsito; el menor, Hernán, a los 37, por causa de un virus, y el hermano de su madre fue asesinado por los militares durante la dictadura-, fue fulero todo eso, pero no es algo que tenga como tema recurrente ni presente.



-Más de dos décadas de amor con tu mujer, Deborah Cosovshi, ¿cuál es la receta? 


La receta no la sé, no soy particularmente un romántico. Nos casamos en el ’99 y veníamos desde hacía dos años y medio o tres juntos, lo único que puedo decir es que se trata de estar, es bancar, tratar de sostener el día a día y, obviamente, si estás con una persona a la que amás y con la que elegiste compartir la vida, bien vale el esfuerzo. Claro que a veces aparecen nubes como en cualquier relación, pero sinceramente, entre nosotros nunca apareció una demasiado grande que haga tambalear todo. 



-Además, padre de tres adolescentes -Teo (20), Juan (17) y Miranda (13)-…


Ser padre de adolescentes, qué se yo… creo que cada uno hace lo que puede. La pandemia fue un momento particular con los adolescentes, pero debo reconocer que tengo hijos súper tranquilos, muy buenazos, muy de si hay que hablar las cosas, se hablan. Hoy puedo decir que me estoy llevando muy bien, habría que preguntarles a ellos cómo se llevan conmigo, pero en general siento que nos comunicamos bien y que la cosa fluye.



-¿Alguna asignatura pendiente?


La verdad que no, ninguna, si quedó alguna pendiente son fantasías más que asignaturas. Me hubiese encantado ser jugador de fútbol, pero no me daba*.




Sus frases: “A veces uno es más famoso y otras veces menos. Yo me considero conocido” // “Soy un actor conocido, pero no es que se vuelven locos cuando me ven. Obviamente, cuando uno hace un programa que es un éxito y sale a la calle, es otra cosa” // “Si la fama es el reconocimiento constante, preferiría no ser famoso, porque me gusta hacer una vida normal como la que llevo generalmente” // “Una experiencia de esas inolvidables, por tanto viaje, por la historia que se va a contar y por lo grande que es. Es una producción gigantesca que creo que va a funcionar muy bien”.


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