El tan inesperado 2020, que sacudió al mundo entero, también trajo vértigo y nuevas experiencias a la vida de Luli Laprida. Días antes de que el mundo se frene, la actriz, hija de María Eugenia, una de las ‘Trillizas de oro’, dio el sí con su novio, nada más y nada menos que en Suiza y, nueve meses después, la pareja cerró el año aterrizando en Madrid, donde piensan quedarse por tiempo indeterminado.
- ¿Quién sos y cómo te definís?
Soy hija, hermana, tía, esposa, amiga, familia, artista, creadora de mi camino siguiendo mi intuición, soy Piscis.
- Cerraste el 2020 mudándote a España, ¿cómo fue tomar esa decisión?
Siempre quise vivir afuera y siempre sentí que lo tenía que hacer. Me da la sensación de que uno estando afuera, lejos de su hogar, aprende y vive muchas cosas, tiene distintas experiencias, nuevos cuentos, amistades, visiones, todo lo que a mí me encanta explorar como artista. Quiero explorarme a mí lejos de mi familia, cómo soy, como mujer, esposa, amiga… en otro país. Estoy en una eterna búsqueda de mí, siento que hay que buscarse en todos los ámbitos y aspectos de la vida, en distintos lugares, y reconocerse y registrarse. También, obviamente, siempre quise explorar mi carrera afuera, intentar darle un giro más internacional. Me vine a España para hacer base, porque mi objetivo es Europa y siento que en Madrid estoy muy bien acogida.
- ¿Cómo fue el trámite del viaje? ¿Tienen papeles para estar legalmente tranquilos allá?
Yo tengo pasaporte italiano y Eugenio, por estar casado conmigo, agarró la fase en la que los cónyuges de europeos podían entrar a la Unión Europea.
- Se te ve súper familiera, ¿te costó tomar la decisión de irte?
Yo siempre dije que lo quería y tenía que hacer, lo estoy amasando en mi cabeza desde hace tiempo y vengo expresándoselo a mi familia desde hace mucho. Si bien nos decidimos en cuarentena, en plena pandemia, la decisión la tomó mi papá por mí. Mi viejo la vio y cuando él la vio, yo la vi, y dije: “Es ahora”.
- ¿Cuál fue la reacción de tu familia?
Imaginate, si mi padre tomó la decisión por mí, están más que felices. Ellos son fanáticos de España, han venido toda la vida, todos los años, por el trabajo de mi papá, y eso se va a repetir. En la temporada alta de polo acá en España, papá viene a trabajar, así que siempre voy a estar muy bien acompañada. Tengo la suerte de que mis sobrinos también pueden viajar y me pueden venir a visitar. Aparte mi idea es también construir mi familia con Eugenio, mi marido. Yo me apoyo 100% en él. Soy muy familiera, pero no hay nada que una videollamada no pueda solucionar, obviamente no es suficiente, pero uno se acomoda al día a día.
- ¿Quién te apoya más y a quién le cuesta más tu exposición?
Toda mi familia me apoya al 100%, hasta mis sobrinos. A veces parece una obviedad, pero es fundamental. A mí papá le cuesta el tema de la exposición, es una persona mucho más reservada, aunque al haberse casado con mamá, tuvo que adaptarse a la fuerza, él igualmente me apoya al 100%.
- ¿Cómo es tu vida allá?
Mi vida acá se acomodó muy bien por suerte, empecé viviendo un mes en la casa de mi prima, ella me aguantó hasta que consiguieramos departamento. Encima llegamos a fin de año, era Año Nuevo, Reyes, después vino Filomena –el temporal de nieve ocurrido en España a principios de enero de este año-. Todo eso hizo que las cosas resultaran más difíciles, aunque no imposibles. Finalmente, pudimos conseguir departamento y empezamos a ordenar las metas; una vez que lográbamos un objetivo, seguíamos con el próximo, hasta que nos armamos una rutina. Paralelamente, yo tomo clases de actuación, porque me gusta estar siempre entrenando, y sigo estudiando piano; Eugenio está con clases de fotografía. Además, nos vemos con gente, hacemos programas, vamos a las sierras, estamos constantemente buscando naturaleza, pero tenemos la suerte de que nos adaptamos rápido.
- ¿Tienen fecha de regreso?
No, pero nuestro objetivo es quedarnos al menos un año y a partir de ahí ver qué onda, si nos quedamos más o nos volvemos. Por el momento no hay fecha ni pasaje de regreso.
- En tus redes sociales se ve que sos una gran cocinera y que te gusta mucho, ¿de dónde viene ese hobby?
Yo cocino gracias a mi mamá, ella es muy buena cocinera. Además en casa teníamos una señora que nos cuidó durante muchísimos años y cocinaba excelente, ella me enseñó un montón de recetas y ahí empecé a cultivar la pasión por la cocina, me encanta. Si bien es algo que nació en cuarentena, para entretener a la gente desde mi cuenta de Instagram, es un entretenimiento para mí también.
- Hubieras sido una excelente candidata para MasterChef…
Sí, me ofrecieron participar en la nueva temporada de MasterChef, pero me llamaron en diciembre y yo ya estaba haciendo las valijas para venirme a Madrid, mis planes no iban a cambiar.
- Si no fueras actriz, ¿a qué creés que te hubieras dedicado?
Soy actriz y radióloga, soy muy versátil, me gusta mucho la moda, también hice cursos de diseño de calzado y de costura, pero estudié la carrera de Radiología, la terminé y me recibí, y trabajé mucho tiempo en hospitales, es algo que me apasiona, si no fuese actriz, ejercería como radióloga.
- ¿Cuál fue el personaje que más te marcó?
A la hora de ponerle el cuerpo a un papel, me gusta indagar mucho adentro para ver qué encuentro. Cada nuevo personaje es todo un desafío
- ¿Cómo y cuándo conociste a tu marido?
Eugenio es Diseñador industrial, tiene una empresa de muebles. Yo necesitaba un mueble para mi televisor, quería rearmar un poco mi casa, estaba en un momento de mi vida en el que necesitaba un cambio y quería empezar por ahí. Nosotros tenemos amigos en común, y justo fui a cenar con ellos y les comenté de ese cambio que estaba buscando. Ahí me recomendaron a Eugenio, le escribí por Instagram y empezamos a hablar por Whatsapp. Coordinamos para hacer el mueble y después seguimos como un mes hablando por Whatsapp del presupuesto y demás, hasta que me dijo: “Bueno el próximo paso es ir a tomar medidas a tu casa”. “Bueno, ¿cuándo?”, le dije, y me respondió: “Mañana a las 20”. Era un martes de pleno verano, en febrero o marzo. Así que vino a casa, tomó tres medidas, se sentó en el sillón y nos pusimos a charlar, hablamos como tres horas hasta que me propuso ir a comer algo. A partir de ahí empezamos a salir, eso fue en 2016.
- Tuviste un casamiento distinto, ¿cómo fue esa experiencia?
El casamiento surgió en el momento, habíamos planeado el viaje a Suiza con un año de anticipación y, dos meses antes de viajar, decidimos casarnos y hacer nuestro civil allá, porque allá teníamos unos amigos que no iban a poder estar en nuestra supuesta fiesta en Argentina. Me encantó como fue, solo nosotros dos, los testigos y la señora que nos dio la ceremonia, súper personalizada, fue increíble. Yo no soy de festejar mucho, soy muy reservada, me gusta guardar esas experiencias para mí, y quería atesorar ese momento sola con Eugenio. Ahora está de moda hacer los civiles con mucha gente, con fiesta y todo, yo prefería que sea más tranquilo, porque la ceremonia que pensamos hacer después es un poco más así, descontracturada, al aire libre, nos casaría un amigo. Pero bueno, todavía no pudimos hacerla.
- Si pudieras volver el tiempo atrás, ¿a qué momento de tu vida volverías?
Volvería a cuando era muy chica y festejábamos la Navidad multitudinaria. Hoy veo las fiestas con mis sobrinos y me acuerdo tanto de nosotras, que somos miles de primas y la pasábamos increíble, con nuestros tíos abuelos, que ahora no queda ni uno, solo mi abuela. Me encantaría volver a esa infancia donde la mayor preocupación era un examen de matemática al día siguiente.
- ¿Te arrepentís de algo?
De nada, creo que hay que hacerse cargo de las decisiones y eso es lo que más te hace crecer. Gracias a todo lo que hice o no hice, soy la persona que soy hoy.
- ¿Tenés algún proyecto actoral en vista para hacer desde allá?
Sí, acá en España, pero todavía no puedo contarlo.
- ¿Cómo imaginás que será tu vida en 10 años?
El año que pasamos nos mostró que es difícil pensar a futuro, no se puede planear nada, pero personalmente, me encantaría tener hijos y seguir trabajando siempre de lo que amo, ese sería el futuro ideal.