Vero es dueña de unos ojazos dulces y una piel lozana. Tiene un tono de voz tan femenino como sensual y a la vez se la ve muy firme en sus convicciones. En cada relato nos contagia su entusiasmo y la podemos imaginar haciendo su camino desde muy chica para llegar a este momento donde cosecha lo sembrado. Es la suma de talento, formación, vocación, dedicación, conciencia de equipo y mucha experiencia de trabajar para llegar hasta acá. Sabe de caminara pasos cortos pero firmes hacia lo que busca. Su historia así lo cuenta. “Siempre supe que iba a desarrollar mi marca y así poder llegar cada vez a mas gente para hacerla feliz al verse bien.”
En poco tiempo logró armar un equipo valioso de colaboradoras donde está Martina, su hija de 20 años a quien también logró transmitir ese sello diferencial que es Vero Luna y por lo que la buscan los famosos para entregar su rostro a que los maquillen. La escuchamos atentas en cada relato porque nuestra alma de cholulas quiere saber más secretos de las celebrities. Fuimos a visitarla en su estudio tan rococó como ella misma.
>> ¿Cómo descubriste esta vocación?
De chica podía pasar horas dibujando, me apasionaba. Siempre tuve conexión con lo que es imagen y colores, mis cartucheras tenían de todo. Además, como mi mamá trabajaba en una perfumería, yo le pedía que me consiga maquillajes para probar. Así tenía mis propias “paletas de maquillaje” armadas sobre cajas de cd. También guardaba en cajas de zapatos mi colección de tapas de las revistas internacionales más exclusivas, como Elle o Vogue, que costaban conseguir. Las guardaba como un gran tesoro. Esas fueron mis primeras señales.
>> ¿Cuando decidiste que querías dedicarte a esto?
Estando en el secundario era la que maquillaba a todas mis amigas y me en cantaba hacerlo. Cuando tuve que elegir qué estudiar pensé primero en gastronomía pero algo no me cerraba y empecé a preguntarme ¿qué era realmente lo que más me gustaba y disfrutaba? Ahí pude ver que me encantaba prepararme, arreglarme, verme bien y que para mí esos preparativos se convertían en toda una ceremonia. Además era una época donde no existían las maquilladoras, sólo las teatrales y cuando alguien me pedía que La maquille me fascinaba hacerlo. Me pedían el “smokey eyes” todo el tiempo. Fué cada vez más fuerte la sensación de que era mi real vocación y tenía la seguridad de que un día iba a poder vivir de esto. Sin dudas eran otras épocas donde no era fácil contarlo porque estudiar para ser maquilladora parecía tratarse de un oficio menor. Recuerdo a mi papá que me preguntaba “Cuándo vas a estudiar algo?”
>> ¿Quienes fueron tus referentes?
Regina Kuligovsky sin duda fue mi mayor inspiradora. Tomé clases por primera vez con ella y con el tiempo la vida nos hizo amigas. Cada tanto nos juntamos para almorzar. También seguía a Maby Autino ya que ambas fueron las precursoras de esa primer época donde no había maquilladoras y no era tan habitual pagar un maquillaje. Era algo impensado entonces tener un local que sólo viva de eso. Ellas lo hicieron posible y ayudaron a cambiar una cultura. Hoy te diría que es algo casi indispensable el maquillaje para un evento, tanto o a veces más que el mismo peinado. En todo sentido lo que está claro es que invertir en tu imagen te empodera. Creo que somos de una manera sin cuidar nuestra imagen que cuidándola. Nos hace sentir más seguros frente a los demás. Generamos otras cosas y creo que hay mucho de cierto en eso que dicen: “Como te ven te tratan”, es real. Por eso en mi primer clase de mi curso profesional hago mucho incapié en eso.
>>¿Qué es lo que consideras mas importante en tu equipo de trabajo?
El clima, que haya buena vibra, es fundamental. Las clientas vienen a pasar un buen momento y cómo recibirlas y tratarlas es lo más importante para nosotras. Ponemos música, nos reímos, disfrutamos trabajando de lo que nos gusta y eso se transmite bien. Quiero el mejor equipo. Quiero que la gente se vaya conforme con el resultado. Es muy importante animarse a innovar ¿Con qué me vas a sorprender? es la pregunta de muchas clientas. Por eso le pido a mi equipo que no se automaticen. Las caras nos hablan. Es muy personalizado el maquillaje que yo propongo. Es un maquillaje correctivo y hay caras que necesitan más y otras que no. Por eso a mi equipo le pido concentración y no perder de vista que cada cara es un mundo.
>>¿Cual fue tu formación?
Estudié con Regina K y hacía maquillaje en domicilio pero al tiempo vi que Cerini buscaba maquilladora, me fui a presentar y trabajé 10 años. Fui la encargada en organizar la escuela de maquillaje ahí. Di varias charlas de imagen y aprendí mucho sobre el cliente y sus exigencias. Pero siempre sentía que algo me faltaba. Un día me decidí a seguir estudiando y me anoté en Bellas Artes. Sin duda esa fue la mejor etapa de mi vida. Volví a la niñez. Pintura, grabado, dibujo, composición de imagen. Todo lo que aprendí lo fui aplicando en lo mío y en mis charlas. Cuanto más aprendía más sabía que el momento se iba acercando, yo quería tener mi propia marca. Así recuerdo que un día me acerqué a Cerini y le dije “no puedo más, me voy”
>>¿Como fue construir tu propio camino?
Tenía muchas productoras que de a poco me fueron recomendaron empecé a contactarme con famosos. Hice muchas publicidades para revistas y eventos. Después se agrandó mi familia y me mudé en 2011 a una casa en Francisco álvarez, cercano al Acceso Oeste. En ese momento estaba trabajando como profesora en Multitalent. Viajar se me complicaba y quería estar más cerca de mis hijos. Ahí decidí abrir el primer local y tuve la satisfacción de poder cubrir todos los gastos desde el primer mes. Así, muy de a poco fui sumando marcas que hoy siguen confiando en mí como Lidherma y Regina
>>¿Cuales son tus proyectos y sueños?
Desde Vero Luna queremos llegar a mucha gente. Ese es mi mayor anhelo. En estos momentos mis proyectos se centran en abrir nuevos locales y ampliar el canal de escuela hacia otros lugares. En muy poco tiempo vamos a estar con la apertura del próximo local que será en Ciudad de Buenos Aires y con los cursos queremos ir abriendo de a poco el mercado como lo estoy haciendo ahora viajando a ciudades del interior del pais. Hay muchos lugares donde no llega la capacitación. Por eso quiero seguir desarrollando todo lo que es medios y difusión. Quisiera de a poco salir de las fronteras, ir con lo mío a otros países. Otro sueño es poder dar becas a quien no pueda pagarlo. Para mí los sueños son el paso a paso. Ir concretando lo que quiero a corto plazo y a partir de ahí seguir al próximo. Mientras tanto disfruto de lo que hago dando felicidad a las personas dando valor a lo que tienen ellas mismas.