Las Nuevas Profesiones

¿Cuáles son los campos donde se crearán más trabajos y en los cuales surgirán profesiones que hoy no conocemos? ¿Cuáles son las competencias que requerirá el mercado laboral? ¿Estamos generando acciones para integrarnos a ese nuevo modelo?

Las Nuevas Profesiones

Estos debates no son nuevos. Al contrario, hace años que venimos hablando de estas cuestiones y haciendo proyecciones. Sin embargo, hoy ya no hace falta hacer futurología ya que el avance del covid-19 y el aislamiento social nos obligó a hacer transformaciones que creíamos que iban a durar años.

El tema está más vigente que nunca y es de especial relevancia. Se trata de la responsabilidad colectiva de generar las condiciones que permitirán a los jóvenes ser partícipes y beneficiarios de ese futuro, y no meros espectadores.

Allá, cuando por fines de 2019, en un relevamiento de IDEA Joven, le consultamos a los jóvenes sobre su expectativa entorno a la creación de nuevas profesiones y trabajos en el futuro, sus respuestas fueron las siguientes:

Las Nuevas Profesiones

Como se observa, existe un alto consenso en que los trabajos futuros tendrán relación con el campo de la ciencia y la tecnología, seguidos por aquellos vinculados a las ciencias sociales y humanísticas. 

En cuanto a los primeros (ciencia y tecnología), muchos hemos escuchado hablar de la Cuarta Revolución Industrial, momento que nos encontramos transitando, y que el Dr. Klaus Schwab, autor del libro que lleva ese nombre. Se trata de un periodo que comenzó a principios de este siglo y que tuvo como base la revolución digital; y que está caracterizado por un Internet mucho más móvil y mundial, por la inteligencia artificial y por el aprendizaje automático de la propia tecnología. “Es una manera de describir un conjunto de transformaciones en marcha y otras prontas a ocurrir en nuestra economía, sociedad y forma de vivir”, destaca.

Algunas de las tecnologías que caracterizan esta revolución son la biotecnología, la robótica, impresiones en 3D, inteligencia artificial, machine learning (tecnología que crea sistemas que aprenden tareas de manera automática), big data y analítica de datos, entre otras.

Nada ajenos a las características de su tiempo, los jóvenes parecieran estar en lo cierto. Si van a haber transformaciones significativas y nuevas oportunidades, es probable que ocurran en el campo de la tecnología. Esto ya viene sucediendo, pero hay dos rasgos muy distintivos del hoy que hacen que sea diferente: la velocidad y la escala. Por eso, las transformaciones ocurren de manera mucho más vertiginosa y el impacto es de mayor alcance, abarcando más oficios, profesiones y personas. Complementariamente, de acuerdo a un informe del Foro Económico Mundial publicado en enero pasado y titulado “Empleos del mañana”, los cambios que trae la Cuarta Revolución Industrial no requerirán que todos los trabajadores adquieran habilidades tecnológicas de alto nivel, sino que también serán sumamente importantes y necesarias otro conjunto de cualidades más centradas en el ser humano, en campos como el cuidado y el liderazgo.

Si bien la mayoría de las profesiones exigirán cada vez más habilidades tecnológicas de base, las nuevas tecnologías complementarán en lugar de reemplazar el factor humano en muchos sectores de la economía. A modo de ejemplo, varias de las tareas vinculadas al área donde me desempeño, selección de personal, ya pueden ser realizadas por asistentes virtuales, sistemas que publican vacantes, analizan currículums, entrevistan a candidatos mediante videoconferencias y resuelven dudas a lo largo del proceso. Esta tecnología reemplaza ciertas de las funciones que los reclutadores venían realizando, pero, a su vez, permite que estos se focalicen en otro tipo de tareas, más estratégicas y especializadas, como entrevistas por competencias en profundidad, análisis de datos de mercado, inclusión de la diversidad, diseño y posicionamiento de marca empleadora o estrategias para mejorar la calidad de la experiencia tanto de los candidatos como los clientes internos

Nuevamente, hay una gran concordancia entre las respuestas de los jóvenes y lo que los expertos pronostican. Sin embargo, pese a lo interesante de estos artículos e informes, no dejo de preguntarme mientras los leo: ¿qué estamos haciendo al respecto? ¿Cómo nos estamos preparando? ¿Estamos accionando para ser parte de este presente, que era futuro cuando hicimos el relevamiento?

A modo de ejemplo, el inesperado contexto de la pandemia puso de manifiesto las diferencias entre aquellas organizaciones que ya contaban con la tecnología y las personas capacitadas para realizar sus trabajos de manera virtual y aquellas que todavía no lo hacían, viéndose estas últimas afectadas en su productividad o, incluso, imposibilitadas en su operación. Aquellas que decidieron actuar e implementar tendencias que se sabían venideras, estuvieron mejor preparadas y pudieron experimentar los beneficios.

Pero, a diferencia de la pandemia, el futuro no es un factor totalmente inesperado y, a mi criterio, es un error tratarlo como si lo fuera. Lo hemos hablado, leído y escuchado en múltiples oportunidades y, tal como los jóvenes en la encuesta, sabemos de algunos de los desafíos que se avecinan.

De acuerdo al CIPPEC, la capacitación de los trabajadores es uno de los principales desafíos, aunque no el único. La inestabilidad de la macroeconomía, los problemas de financiamiento, la falta de infraestructura, el poco incentivo al cambio, o simplemente el desconocimiento, son otras de las principales barreras con las que nos encontramos.

Con la certeza acerca de la rápida transformación que se aproxima, siento de manera urgida la necesidad de priorizar la acción por sobre los discursos.

En este sentido, el Director General & Chief Digital Transformation en Microsoft, Diego Bekerman, destacó: “Si somos capaces de leer el contexto y cambiar antes que el resto del mundo, las posibilidades son infinitas. La oportunidad es entender cómo el ecosistema empresarial, los emprendedores y el Gobierno deben invertir para generar un impacto transformador”.

Como la pandemia, esta es una situación que nos afecta a todos y que requiere acciones y transformaciones profundas e integrales, que implican cambios en diversos campos de la sociedad, tales como la educación, el empleo, el sistema financiero, etc. 

Hemos sido testigos, en estos tiempos, de cómo a través del involucramiento de los distintos sectores y los esfuerzos colaborativos, puede realizarse el necesario “pasaje al acto”, poniendo en práctica lo que el entorno nos exige para poder seguir vigentes. Pero no hace falta esperar la emergencia. Podemos transformar en aprendizaje esta experiencia e ir facilitando los cambios que nos permitan estar a la altura de los desafíos que este futuro, ya tan palpable, nos presenta. 

Por María Mercedes Cid

Lic. en Administracion de Recursos Humano y Psicologia de El Salvador

Actualmente es Talent Acquisition & Diversity Leader LATAM de Dupont -  Direction Comitee de IDEA

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