Nacemos con grandes talentos naturales pero a medida que pasamos más tiempo en el mundo perdemos el contacto con muchos de ellos. El resultado es que muchas veces nos cuesta conectarnos con nuestros verdaderos talentos y, por tanto, no somos conscientes de lo que en realidad somos capaces de hacer. En todas partes hay estudiantes que se preguntan qué harán en el futuro y que no saben por dónde empezar, no logran descubrir lo que les apasiona o les daría satisfacción.
Hay padres preocupados que intentan orientarlos, aunque a menudo lo que hacen es alejarlos de sus verdaderas aptitudes porque dan por sentado que para alcanzar el éxito sus hijos tienen que seguir caminos convencionales y por ellos conocidos.
Siguiendo la secuencia propuesta los podemos ayudar a nuestros y así dar lugar a debatir, analizar para final mente saber qué buscar, qué elegir y qué pueden hacer con sus vocaciones:
> “Lo entiendo” >> Talento
Es la facilidad natural para hacer una cosa; es una percepción intuitiva o una comprensión de qué es algo, como funciona y como utilizarlo.
> “Me encanta” >> Pasión
No es solo una cuestión de capacidad natural, hay que lograr encontrar deleite y placer en lo que hacemos. Hay personas que por naturaleza son buenas para algo pero que no sienten que ese algo sea la vocación de sus vidas. Entonces, se necesita algo más: ¡Apasionarnos!.
> “Lo quiero” >> Actitud
Las personas que triunfan comparten cualidades de perseverancia, confianza en sí mismos, optimismo, ambición y sentimientos de frustración. Aquellos que aman lo que hacen suelen describirse a sí mismas como afortuna-das cuando no se trata de tener suerte o no. Depende de algo más que la mera casualidad. Eso es actitud.
> “¿Dónde está?” >> Oportunidad
Si no se dan las oportunidades adecuadas es posible que nunca lleguemos a saber cuáles son nuestras aptitudes o hasta donde podrían llevarnos. Las aptitudes no llegan hacerse patentes a menos que tengamos la oportunidad de utilizarlas.
Debemos atender las oportunidades que tenemos, las que creamos, ver si las aprovechamos y cómo lo hacemos. Además, no perdamos de vista que la forma de percibir nuestras circunstancias, así como la de crear y aceptar las oportunidades depende, en gran medida, de lo que esperamos de nosotros mismos.
¿Qué esperas de vos?
Piensa bien y saldrá bien!
Texto: Daniel Olguin
http://danielolguin.com.ar/
Edición 2 - Año 2016